A mil revoluciones por latido
Ven,
vamos, atrévete.
Revoluciona mi corazón,
que sean mil por latido.
Y que se entere el mundo,
que mi mirada te pertenece,
que mi sonrisa es tu condena.
Y que de esta cadena,
aunque de ella preso,
no quieres escapar.
Vamos, atrévete.
Revolucionemos los sentidos
contra el colchón,
entre cuatro paredes,
que nos escuchen y envidien,
mientras en tus manos guardas
el sabor de mis orgasmos.
Atrévete.
Reinventemos el concepto de Revolución.